Tras Líneas Enemigas

Dos escuadrones formados en un valle, miles de hombres esperando la orden para avanzar a un futuro incierto; el temor invade el corazón de muchos, tal vez ésta sea la última batalla.
De pronto se oye la voz de un gigantón que estremece el valle, haciendo traspasar su eco a los oídos de todos los soldados. Es la voz de Goliat, el enemigo del pueblo de Dios, mas de tres metros de altura, fornido, guerrero, asesino implacable. Sus palabras penetran hasta lo mas profundo de los soldados israelitas, haciéndoles temer; es tan potente la voz de este enemigo, son tan acidas sus palabras que les hacen olvidar las grandezas de Dios por mas de cuarenta días.
Sólo hay una forma para vencer, es que uno se atreva a traspasar la línea de batalla, poner el pie en el terreno del enemigo, luchar con él y vencerlo.

¡Escribirlo suena sencillo, pensarlo es arriesgado, pero hacerlo es heroico!.

Vencer al enemigo es cuestión de perspectiva, depende de lo que vemos y oímos. Los soldados, en el valle de Ela, escuchaban la potente voz y veían a un gigante invencible, en cambio David vio a un simple mortal que desafiaba al Dios todopoderoso.

[David] “y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él los entregará en nuestras manos.” (1 Samuel 17:47)

Las palabras de Goliat habían estremecido ese valle por cuatro semanas y en sólo segundos su propio cuerpo estremeció la tierra al caer impávido, derrotado frente a David, un muchacho que le creyó a Dios, y que fue capaz de ir tras líneas enemigas en el nombre de su Dios, armado con una onda y cinco piedras…

Nosotros estamos en guerra, nadie puede ser neutral, es el bien contra el mal, es la luz contra las tinieblas, son los escuadrones de Dios contra huestes espirituales de maldad. Un enemigo acérrimo, el Diablo vociferando en contra nuestra, queriendo pelear contra cada uno de nosotros... la única manera de vencerlo es ir tras líneas enemigas, entrar en su terreno y vencerlo.

¡Escribirlo suena sencillo, pensarlo es arriesgado, pero hacerlo es heroico!.

Jesús, entro en el terreno del enemigo, le venció con poder... por lo que el Diablo ya está vencido, está con una herida mortal en su cabeza... es cuestión de tiempo.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. (Ro 8.37).

Si ponemos la perspectiva en Jesús... La victoria está asegurada!!!

Aunque el Diablo te grite tu pasado... tu gritale de su futuro... es horrendo!!!!