jueves, 19 de octubre de 2006

... una Hormiga enviando un e-mail


... emerge sobre mi teclado, con sus antenas en movimiento y con sus ágiles patas marchando a toda prisa, recorriendo años de su existencia, en sólo segundos de mi eterno tiempo, se mueve de un lado para otro y se introduce en mi quehacer intenso... en un momento puedo terminar con su escasa existencia, poner un dedo sobre su débil cuerpo y sencillamente seguir trabajando en lo que para mi es relevante... pero es acá donde el susurro de la palabra de Dios se hace sentir en mi oido "mira la hormiga oh perezoso"... se pasea entre las teclas como si tratara de entender para lo que realmente sirven, mueve sus antenas, analizando el brillo de la pantalla; me pregunto: ¿si sabrá lo que realmente es este equipo y que con sólo apretar unas cuantas teclas puede contactarse a toda velocidad con el resto del mundo... ?
Pero de pronto sucede lo extraordinario de esta historia... nuestra amiga sube por el monitor y se para en medio de el, es como si leyera... parece que en parte entiende lo que es un e-mail... ahora baja nuevamente al teclado, se pasea de un lado hasta el otro... de pronto se detiene en la tecla "intro"...
¿que pasaría si tuviera mas fuerza nuestra amiga?... en ese instante saltaría sobre esta tecla y lograría enviar el e-mail... pero en definitiva le es imposible, no sabe cómo realmente funciona aunque yo se lo explique, no me entendería, es demasiado limitada para mi avanzada inteligencia, pero de todas formas agradezco su ayuda gentilmente... con mucho cuidado para no hacerle daño, me ubico al lado de ella y apreto la tecla "intro" y pum!! el e-mail se envia a su destinatario....

Aprendí de nuestra hormiga, lo impotente y limitados que somos ante la eternidad y sabiduria de nuestro Dios... nos movemos acelerados ante su presencia tratando de entender sus misterios que son eternos y sublimes... y nosotros con mente de hormiga tratamos de descifrarlos... nunca lo lograremos.
Tratamos de comunicarnos con el pero nuestra fuerzas son insuficientes, nuestras oraciones son débiles... pero es en esos instantes que la mano poderosa de nuestro Dios interviene a nuestro favor y la asistencia del Espíritu Santo nos ayuda a orar como conviene y eleva nuestras oraciones al destino eterno del trono de Dios...

Al final mi amiga hormiga se fue con la dicha de haber enviado un e-mail, pero creo que no entiende que fui yo el que la ayude...

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. (Romanos 8:26)

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.... dará un paseo por su monitor.